Los dentistas y los auxiliares de profilaxis hablan de placa y sarro. Es posible que usted, como profano, se pregunte cuál es la diferencia y, lo que es más importante, cuál es la mejor manera de evitar ambos.
La placa es una película pegajosa e incolora de saliva, restos de comida y bacterias que se forma continuamente, incluso poco después de cepillarse los dientes. A la placa le gusta especialmente adherirse a la línea de las encías. Las bacterias ácidas contenidas en la placa pueden atacar el esmalte dental y dañar las encías. Lo bueno es que, con una higiene bucal cuidadosa, puedes eliminar la placa blanda y reducir así los riesgos asociados a ella.
Cuando la placa se convierte en sarro
Si la placa no se elimina correctamente debido a una higiene bucal deficiente, se mineralizará y se convertirá en sarro. Los minerales de la saliva se depositan en la placa. Este proceso comienza al cabo de uno o dos días. Al cabo de una media de diez a veinte días, se ha formado el sarro. El sarro es un depósito duro e incrustado de color amarillento o marrón. Algunas personas tienden a tener sarro rápidamente, mientras que otras tienen un periodo de gracia más largo. Con el tiempo, sin embargo, todo el mundo acaba teniendo sarro si no se elimina la placa. A medida que envejecemos, el sarro suele formarse más rápidamente que en los años de juventud. Lo malo es que no puedes eliminar el sarro tú mismo.
Además, el sarro decolora los dientes. Por eso algunas personas intentan eliminar el sarro ellas mismas con cepillos duros, utensilios afilados o con las uñas. Por favor, no utilices estos métodos porque puedes dañar el esmalte y la mucosa bucal. En su lugar, acuda a un dentista para que elimine el sarro de forma profesional o como parte de una limpieza dental profesional. Aquí, por ejemplo, se utilizan aparatos ultrasónicos refrigerados por agua y diversos instrumentos manuales para eliminar el sarro sin causar lesiones.
El sarro en sí es inocuo desde el punto de vista médico, pero su eliminación es muy recomendable porque el ataque ácido al esmalte bajo el sarro continúa. Esto facilita la inflamación de las encías, que puede convertirse en una peligrosa periodontitis.
Cómo prevenir la placa y el sarro
Si tu boca está libre de sarro, tienes un gran control sobre la posibilidad de que el sarro reaparezca o lo rápido que lo haga. Una buena higiene bucal es la clave:
Cepíllate los dientes dos veces al día durante al menos dos minutos. Dado que el sarro se produce principalmente en la cara interna de los incisivos frontales y en la cara externa de los primeros molares superiores, debes cepillar estas zonas con especial cuidado para evitar que se forme sarro. Revise su técnica de cepillado para detectar cualquier error que pueda haberse deslizado a lo largo de los años. Utiliza hilo dental o cepillos interdentales para limpiar los espacios entre los dientes y termina tu higiene bucal diaria con un enjuague bucal.
Tú decides si te cepillas los dientes con un cepillo manual o eléctrico. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que es más fácil limpiarse los dientes con un cepillo eléctrico. Por un lado, porque el motor genera vibraciones o rotaciones y te libera así del trabajo. Por otro lado, varios extras te ayudan a seguir las recomendaciones de los expertos en cuidado bucal. El temporizador del cepillo eléctrico, por ejemplo, te motiva a cepillarte de verdad durante dos minutos. También es importante cambiar los cabezales con regularidad. Con los cabezales de cepillo de Demirdental, los filamentos indicadores te muestran cuándo es el momento de cambiarlos de nuevo.
Para su propia higiene bucal cuidadosa, también es aconsejable aceptar el apoyo en forma de limpieza dental profesional aproximadamente cada seis meses.
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